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Cualquier pared puede convertirse en un espacio vivo y único. Reinventa las paredes a través de murales artísticos, pintados a mano, transformando así locales, dormitorios, escaparates, guarderías, oficinas, etc...

El contacto con el cliente es fundamental, escuchar sus ideas y sus gustos. Así como ver el lugar y las superficies a trabajar. El siguiente paso es ofrecer el proyecto de diseño, con una o varias ideas que se adecúen al espacio y lo transformen. Estas soluciones totalmente personalizadas surgen de las necesidades particulares de cada cliente, fomentando su participación e intercambiando sugerencias. Tras la aceptación del proyecto y del presupuesto, comienza la realización del mural, cuya duración dependerá del tamaño y de la dificultad del mismo.

PINTURA MURAL

Los murales se suelen pintar directamente sobre la pared, lo que conlleva una planificación de desplazamiento y horario, incluso, a veces, de calendario. La otra opción es pintarlos sobre un soporte que más tarde se colocará en la pared. Esto depende del estado de la misma, del tiempo disponible en el local, de la coordinación de gremios si es obra mayor, e incluso de si el cliente quiere algún día llevárselo a otro destino. Esta opción permite llevarlo acabado y colocarlo in situ en 1 día aproximadamente.

Cuando el mural no se pinte directamente en la pared, se recomendará un soporte u otro según el caso. Éstos pueden ser de madera o de chapa y se sujetarán a la pared, o tela de lienzo de gran formato, en cuyo caso irá encolada.

Las pinturas son acrílicas, lavables una vez secas e inoloras, lo que supone una ventaja cuando el trabajo se desarrolla en domicilio. Además son impermeables y duraderas, manteniendo la intensidad del color pasado el tiempo y garantizando la larga vida del mural.

PROCESO

OPCIONES

MATERIALES

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